jueves, 18 de mayo de 2017
miércoles, 17 de mayo de 2017
¿qué es pintura?
Se ha debatido varias veces a lo largo de
los años sobre qué es o no arte. Algunos dicen que basta con tener una
experiencia estética (entendiendo a esta como lo que nos hace sentir en cuerpo
y alma), otros prefieren valorar únicamente la perfección de la técnica, el buen manejo de
los materiales (y que normalmente va relacionado con la idea de que el arte
tiene que verse realista) y hay quienes deciden basarse en el argumento más que
en la obra en si, le dan más peso al discurso que explica lo que la obra tiene que expresar que a la
expresión real que se experimenta al contemplarla, lo cierto es, que aún hoy en
día, no se ha llegado a una conclusión definitiva sobre lo que puede ser
considerado como arte o no, pero es verdad que se necesita tener ciertos
conocimientos para lograr un análisis claro que no se vaya a los extremos y por
lo tanto pueda ser objetivo, para que desde la percepción propia y basándose en
argumentos se pueda decidir si algo es arte para ti o no.
Pero, la palabra arte ya abarca numerosas actividades, la pregunta
real aquí es: ¿qué es pintura?.
Desde épocas remotas el hombre ha tenido la
necesidad de crear y contemplar imágenes y a lo largo de la historia, estas han
cambiado su propósito y con el su
entendimiento, pues bien se sabe que en los tiempos de las cavernas era
imposible que hubiera una noción de “arte” y por lo tanto de “artista”. Las
imágenes creadas en las cuevas tenían un propósito completamente diferente al
que posteriormente le daría la iglesia católica, inclusive los griegos tenían una
idea diferente sobre la pintura y quienes la practicaban, diciendo que el
pintor no hacía nada más que crear la copia de la copia del mundo perfecto de
las ideas, hasta un artesano capaz de confeccionar una silla, merecía más
reconocimiento al hacer algo que podía tener un uso práctico que una pintura, cuya
practicidad pareciera nula. La pintura de castas, que se hizo popular en época
de la colonización, su objetivo era clasificar y registrar las diferentes razas
que fueron emergiendo con la mezcla de culturas que tuvo lugar
en Nueva España, eran pinturas que no pretendían exhibirse en galerías,
muchas de ellas son anónimas y al día de hoy tal vez hasta pueden llegar a ser
vistas como ofensivas o polémicas, pero en su respectiva época, dónde fueron
creadas, tienen un sentido diferente al que se le pudiera dar ahora y otro fin,
y así, basándose en estos ejemplos (por mencionar
algunos), es posible darse cuenta de que el significado de las imágenes depende
no sólo de la época, sino del lugar y el espacio sociocultural en el que se
desenvuelve este, y claro, en él también se incluye la tecnología.
Sin ir demasiado lejos, la creación de la
escritura. Antiguamente muy pocos eran los afortunados que sabían leer y
escribir, por lo que la iglesia decidió representar pasajes de la biblia con
pinturas, la creación de imágenes tomó un rumbo diferente, pues empezaron a
basarse en textos, estas imágenes tenían un propósito claro, educar a la gente
sobre las enseñanzas y relatos bíblicos, la evangelización, por lo que no es
gratuito suponer el por qué la iglesia se apoderó de la pintura y el arte en
general durante mucho tiempo, incluso en
el presente, estas pinturas tienen un impacto profundo en varios espectadores,
no sólo por la maestría con la que se han creado algunas de ellas sino por el
significado previo que se les ha dado, lo que representan, aunque, como se
mencionó antes, también tiene que ver la cultura.
Un ejemplo más concreto es la fotografía, en
un principio cuando la cámara fotográfica fue inventada no se sabía qué
fotografiar, por lo que se comenzaron a utilizar las mismas composiciones que en
la pintura y a su vez, los pintores empezaron a experimentar más libremente,
pues la foto ya era capaz de crear una imagen extremadamente realista, y lejos
de verlo como “el fin de la pintura” lo tomaron como un nuevo estímulo, empezaron
a jugar con las formas y el color (elementos que aún eran imposibles de
manipular en la foto) y al mismo tiempo, había surgido el óleo en tubo, otro
avance tecnológico que dio la posibilidad al pintor de salir de su taller y pintar
directamente en el exterior, permitiéndole observar con mayor detalle la luz,
gracias a esto, la foto y poder transportar fácilmente la pintura, surgió lo que caracterizaría al impresionismo
y lo haría dejar huella en la historia del arte, su tendencia por captar el
instante(al igual que una fotografía) con pinceladas rápidas y pastosas, y sus
colores luminosos, producto de la observación y estudio de la luz natural.
A pesar de que la cámara no se haya creado para
darle un uso “artístico”, muchos pintores vieron en esta otra oportunidad de
expresión, y dejaron el pincel por dicho artefacto, de igual modo, otros, consciente
o inconscientemente se vieron
influenciados por su aparición dando lugar a diferentes composiciones que ya no
aspiraban a verse realistas como en el renacimiento, sino a transmitir el
ambiente por medio del color y la impronta del cuerpo.
Sabiendo
esto, se puede llegar a la conclusión de que el pintor evoluciona junto con la
sociedad en la que vive y por lo tanto de igual modo lo hace la pintura, esto
tiene como consecuencia no sólo nuevos estilos artísticos sino nuevas formas de
percepción y sensibilidad.
Recorriendo rápidamente la historia de la
pintura, esta tiende a volverse menos figurativa y más abstracta conforme
avanza el tiempo, a partir del siglo XIX es que empieza a notarse este cambio, el
pintor ya no está interesado en alcanzar la excelencia técnica, el realismo, a
lo que aspira ahora es a dar a conocer su percepción completamente subjetiva y
sensible sobre lo que le rodea, quiere hacer ver y transmitir su sentir o sus
ideales, pasa por alto las ideas preconcebidas de la forma, lo cual resulta ser
más realista que el propio realismo, sirviéndose de nuevos materiales y
elementos para cumplir este objetivo (como se mencionó antes con los
impresionistas) hace uso del color.
Al pensar en un paisaje, la mayoría esperaría
ver una montaña con árboles verdes y un cielo azul, ¿pero qué sucede si no es
así?, si en vez de esto, se observa un cielo morado y árboles naranjas, en ese
momento la pintura crea una sensación completamente diferente en el espectador
y lo envuelve en un ambiente distinto. ¿Y si en vez de ser un paisaje solo son
manchas de color?, esto también tendrá como consecuencia una reacción aunque
sea biológica, pues los colores por si solos son capaces de crear sensaciones,
y si se agrega, además, que dichas manchas son hechas suavemente con acuarela o
estampadas agresivamente con acrílico u óleo, también dará un resultado
diferente, sin importar si lo que se esté observando tiene similitud con la
realidad o no, la expresión resulta ser de mayor interés que la representación
pictórica.
Para
entender este punto, es importante deshacerse de prejuicios técnicos y
académicos y saber hacer a un lado los gustos personales, ya que el arte va más
allá que cualquier gusto o código moral, pues como se dijo antes, este va
cambiando conforme a la época y el lugar, y va tomando un sentido y propósito
diferente, producto de la sensibilidad de cualquier cultura y a su vez de la
mirada individual del artista.
Al
ser la expresión el interés principal de los pintores a partir del siglo XIX
(como se mencionó antes), se empieza a hacer conciencia de diferentes
categorías estéticas, y con ello, también se crea la noción de arte y artista,
suceden fenómenos socioculturales que son claves para el desarrollo de la humanidad
y por lo tanto del arte. La primera guerra mundial, que abrió paso al
expresionismo alemán, la revolución industrial que trajo como consecuencia a
los bohemios y el pop, las famosas vanguardias, etc., el arte ya no tiene que
verse realista y hermoso, puede ser grotesco y abstracto, tiene que expresar, hacer
sentir, transmitir, hacer ver. En la primera guerra mundial hubo pintores que
optaron por sólo usar figuras geométricas y colores planos, argumentando que
estaban hartos de la guerra y el todo lo que esta conllevaba, mientras por otro
lado, hubo quienes decidieron plasmar los horrores y el pesar que vivieron en
ella como forma de protesta, ambas maneras válidas de representar su sentir
ante una situación específica, diferentes modos de ver que tuvieron lugar en la
misma época.
Concluyendo, la pintura se podría entender técnicamente
como una imagen plasmada sobre un soporte en segunda dimensión, haciendo uso de
materiales líquidos, pero se debe tener en cuenta que no toda la pintura se
puede considerar arte, y por lo tanto, no cualquiera que pinte se puede hacer
llamar artista, el arte es algo que debe trascender y dejar eco en la cultura, también
es el reflejo de la sensibilidad de toda un época, una generación, y la percepción personal del artista que se ha
desarrollado en esta en un punto geográfico determinado, formando parte de una
cultura específica.
La pintura puede ser entendida como una
pasión o un pasatiempo, pero el tiempo es el único que decide qué pinturas
pueden ser consideradas como arte o no, incluso en el futuro puede que la
concepción de arte o artista resulte ser completamente diferente a la que se
tiene hoy en día, pero mientras tanto sólo queda informarse, conocer, hacer a
un lado los prejuicios y los gustos, pues no todo el arte tiene que ser
realista así como tampoco debe ser “hermoso”, esto no quiere decir que se
menosprecie la técnica ante la expresión o la justificación escrita de la obra,
simplemente es preferible tratar de entender la cultura actual para llegar a
una conclusión clara sobre por qué se está creando el arte que se crea hoy en
día, cómo es que se está plasmando esta sensibilidad en la sociedad actual,
esto, claro, sin hacer a un lado la historia del arte, pues como bien se sabe
cada estilo pictórico nace a consecuencia del anterior, pero también se debe tener en cuenta que cada estilo artístico es producto de su época
y no se puede aspirar a ser un artista imitando las corrientes artísticas
pasadas.
“Cualquier creación artística es
hija de su tiempo y, la mayoría de las veces, madre de nuestros propios
sentimientos.
Igualmente, cada periodo
cultural produce un arte que le es propio y que no puede repetirse. Pretender
revivir principios artísticos del pasado puede dar como resultado, en el mejor
de los casos, obras de arte que sean como un niño muerto antes de nacer”. (Kandinsky,
1912, p. 7)
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